sábado, 18 de junio de 2011

VII. El Gordo Espíritu de la Decadencia

Un agonizante almidón de azúcar
Un amanecer agobiante
La ternura de tus ojos insistiendo que debo volver
Pero la cobija de la noche me conforta y ya no quiero regresar

Hace ayeres que no despierto
[disfraz de puerco para camuflaje] Un caminante me viene de sombra

Final redentor
La existencia no vale, solo son momentos que nadie pide, tortas a perros callejeros
Yo soy uno, yo soy varios, soy talento a lo contrario

Amigos y personas entre palmas
Cantantes de ópera operados
Dentistas frustrados jugando como niñas
Consultorios inventados [siempre tendremos tenedores]

Y llega en momento de la gloria:

Eleva mi espíritu deforme por los aires
Levanta mi mirada hacia tus ojos
Reclama mi alma como tuya
Reniega de todos reniegos
Desmorona mi moral
Aplaca mis sentidos
Destruye a esperanzados
Factúrame la vida
Considera mis palabras



En el más negro de mis momentos, yo soy otro
En el más frío de mis momentos, yo soy otro
En el más vergonzoso de mis momentos, soy el mismo
En la más amarga de mis decisiones, soy el mismo




[lectura de sentidos a corazón abierto
Resultados: los peores]




-El deformado consultante padece del síntoma de creer merecer ser escuchado.

Pablo Suárez [etis hagen]

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