sábado, 18 de junio de 2011

III. El Sol Recién Parido

Desde luego, mientras más tarde más necio…

Decrépito como depilado con cuchillos de cocina
Pestilente como la boca parroquial en vísperas de domingo
Drag queen porque no le gusta que la gente le pregunte
[Simplemente se incinera para conocer el poder del vientre plano]

Exageradas mutilaciones en contra de su persona. Con el universo a plena luz del día, y con la sensatez de los medios de comunicación amplificando su potencia a un ambiente digitalizado que Philip K Dick no podría considerar su propia vida, los conejos de la luna han abandonado las instalaciones en búsqueda de corredores menos poblados, con la esperanza tonta de socorrer sus mil luceros de diamantes para perros.

El esperar en una banca del parque
El despertar queriendo seguir dormido
El nacer anhelando no haber nacido
Es solo instinto de los pobres diablos, los artistas y los rechazos, siempre y cuando no parezca una osadía el pertenecer al grupo de los no deseados.

[Habla el perseverante en plena media noche con el sol aún medio parido, medio partido, abatido y discutido: Semejante aberración el existir sin cometido]

Tres segundos más tarde, yo me pongo a recorrer los terrenos incendiados, con esa bella gama de colores medio rojos, medio azufre; siempre con la suculencia de no encontrarme amigos para no tener que hablarles. Un viejo libro en mi mochila y dos pastillas de cafiaspirina me harán el camino más ameno, el reconocimiento de los cuerpos en la caída de los astros me ocupará el día entero, no sé hasta cuándo detendré este viejo oficio de peritaje altruista [filantrópica necrofilia, curiosidad a sangre fría]

A quema ropa






Luego me concentro en esa picazón entre mis dedos
Recuerdo constante de que no vuelo
De que no soy un ave
De que no nado
No soy algo submarino
Soy un mazacote de carne inamovible

No hay comentarios:

Publicar un comentario